Traumatismo Encefalocraneal Leve (TEC leve) y sus Implicaciones.
El TEC leve, también llamado concusión o conmoción, es una patología donde existen alteraciones mentales inducidas por un traumatismo, que puede o no estar acompañada de la pérdida temporal del estado de conciencia y que representa una disrupción del funcionamiento fisiológico del cerebro con una duración de al menos 30 minutos. Además, puede haber otras manifestaciones, como pérdida de la memoria, alteración del estado mental o de la personalidad, déficit neurológico focal e incluso convulsiones.
En el ámbito médico, el TEC leve también se define como todo traumatismo craneal en personas que acuden al departamento de emergencias y que en las primeras 24 horas presentan una puntuación en la Escala de Glasgow de 14 o 15 puntos.
Antes se consideraba que el TEC leve representaba una patología reversible y que no dejaba secuelas a largo plazo; ahora, y con los avances de la neurociencia, ya se sabe que esta patología puede dejar secuelas neuropsicológicas a lo largo de la vida, generando discapacidades en grados muy variables y duraderos.
Neuroimágenes en el TEC Leve.
Por lo general, las personas que han sufrido un TEC leve, no presentan alteraciones estructurales visibles en estudios como la tomografía de cráneo simple (sin contraste), que es el estudio de elección a realizar en caso de sospechar la presencia de alguna lesión neuroquirúrgica.
Existen protocolos variados a seguir para indicar una tomografía de cráneo en personas con TEC leve, como la Regla Canadiense o las recomendaciones del CDC. Sin embargo, estudios como la tomografía o la resonancia magnética (que no es de uso rutinario en la evaluación inicial del TEC leve) no son útiles para demostrar los daños difusos que podrían explicar las secuelas a largo plazo.
Las imágenes funcionales, como la tomografía por emisión de positrones (PET), la tomografía con emisión de protón único (SPECT) y la resonancia magnética funcional (RMf) han demostrado ser una promesa en el diagnóstico de lesiones difusas más allá de cualquier daño estructural que puedan mostrar la tomografía o la resonancia simples.
La RMf no requiere la exposición a marcadores radiactivos, su inocuidad la hace el estudio funcional de elección al momento de investigar las funciones neuronales de personas que han sufrido un TEC leve.
Un mismo paciente puede ser sometido a mediciones múltiples sin los riesgos de recibir radiaciones, lo cual representa una gran ventaja en la investigación neurocientífica.
Pruebas funcionales y su utilidad.
Numerosos estudios han demostrado patrones anormales en el electroencefalograma (EEG) de personas que han sufrido un TEC leve, a pesar de tener estudios imagenológicos normales.
Estos cambios representan el resultado de la disminución de la excitación neuronal local y de la sincronización de los generadores activos, causando menores amplitudes en el EGG. Las alteraciones en el EEG reflejaron las consecuencias crónicas posterior a un TEC leve, más que los efectos agudos del mismo.
Los potenciales evocados (PE) y los potenciales relacionados con eventos (PRE) también han demostrado ser de utilidad para evaluar los tiempos de respuesta a estímulos específicos en personas que han sufrido un TEC leve. Los PE representan las vías sensoriales primarias, mientras que los PRE se asocian con los procesos cognitivos. Estos últimos parecen ser más sensibles a la evaluación de los efectos del TEC leve, permitiendo la detección de déficits específicos como la falta de atención.
El Eye-Tracking también ha demostrado utilidad en la evaluación de personas con TEC leve, como herramienta para el disgnóstico objetivo en el ambiente hospitalario. Representa un método rápido y sencillo para su uso en el departmento de emergencia, ayudando en la detección de pacientes que han sufrido un TEC leve.
Secuelas del TEC leve.
Son muchas las secuelas descritas en personas que han sufrido un TEC leve, incluso se diagnostican hasta meses e incluso años después del evento. Los médicos, especialmente neurólogos, neurocirujanos y psiquiatras, no deben subestimar el TEC leve como potencial causante de muchos trastornos neuropsicológicos que son motivo de consulta común en su ámbito laboral.
Los trastornos del sueño son una queja importante en estas personas, el insomnio, la somnolencia diurna y otras disrupciones del ciclo circadiano parecen estar entre las más importantes.
También se ha encontrado una relación entre la aparición se síndrome de estrés postraumático y la depresión posterior a un TEC leve.
El riesgo de suicidio es mayor en personas que han sufrido un TEC leve, algunos estudios incluso describen un riesgo dos veces mayor en esas personas, en comparación con la población en general.
Incluso, el TEC leve representa un riesgo para desarrollar Alzheimer y otras demencias en el futuro, así como la enfermedad de Parkinson.
Además, las secuelas cognitivas que afectan el desempeño general de las personas, como la falta de memoria o la dificultad en la ejecución de tareas y la falta de atención, también son un problema muy común.
¿Qué debe hacer la comunidad médica y científica?
Por mucho tiempo, se subestimó al TEC leve y a sus consecuencias, con la creencia sobre su reversibilidad en el tiempo.
Ahora está bastante claro que esta es una entidad a la cual se le debe prestar suficiente atención, tanto en el ámbito médico como en la investigación.
Los servicios médicos como la atención en la emergencia y el seguimiento en una consulta externa, deben tomarse su tiempo para evaluar a las personas que han sufrido un TEC leve y brindar consejos médicos útiles, así como soluciones a las posibles secuelas que puedan presentar estas personas en el tiempo.
Una vez que se ha superado la emergencia y la persona ha sido egresada del centro de salud, debe acudir a un seguimiento en un servicio especializado (neurocirugía y neurología), este seguimiento debe extenderse en el tiempo (entre 6 y 18 meses), para pesquisar secuelas que se puedan atribuir al traumatismo.
Esta podría ser una herramienta útil tanto para la atención adecuada de los pacientes afectados como para la comunidad neurocientífica, proporcionando una población susceptible para futuras investigaciones.
Son múltiples las opciones diagnósticas en la actualidad, cada caso debe ser tratado de forma particular, tomando medidas curativas y preventivas que ayuden a las personas que han sufrido un TEC leve a recuperar su salud y bienestar.
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